El gran actor argentino Carlos Belloso de 58 años, quien reestrenó en el porteño Multiteatro junto a Andrea Politti, Diego Gentile, David Masajnik, Eugenia Guerty y Gabriel Beck la comedia Dígalo con mímica, analiza la actulidad teatral y está convencido de algo: "el público se vuelca al humor para escaparse un rato de la realidad".
"Hay una tradición de ir a divertirse al teatro y después comer una pizza, aunque por supuesto eso no quita que el teatro siga reflexionando en otros planos, en otras condiciones", considera Belloso de cara al reestreno de la pieza escrita y dirigida por Nelson Valente que ya había sido presentada en noviembre pasado.
"El teatro independiente, que es el más damnificado económicamente hablando porque no tiene espalda ni colchón para soportar una pandemia de dos años, a la vez tiene la posibilidad de hablar de ciertas cosas que el teatro comercial no puede porque es comercial y tiene que juntar mucha gente, entonces siguen apostando a temas que más allá de comedia o del drama o tragedia, apuntan a la identificación y la reflexión y eso también está bueno que no se pierda".
La "venta" de la obra dice que "en una hora de juego se puede conocer más acerca de una persona que en un año de conversación", parafraseando a Platón. Se refiere a ese juego que juegan tres parejas amigas que se reúnen periódicamente para jugar a Díganlo con mímica.
"Tenía muchas ganas de volver al teatro y divertir a la gente, sacarla de esa sensación de pandemia", dice el actor de éxitos televisivos como Tumberos y Campeones, y de piezas teatrales como The Pillowman y Le prenom, quien viene de grabar para HBO Max una nueva serie sobre el caso de María Marta García Belsunce.
"Díganlo con mímica, además de apelar a una fórmula que se repite en otras comedias de teatro comercial, como la reunión de amigos con diálogos ingeniosos, al incluir un juego tiene un componente más físico que abre otras posibilidades".
Después de haber estrenado en 2020 por streaming su propio espectáculo, Pure 100% Belloso, el actor habla sobre esta comedia presencial. "Me invitaron a participar a principios de 2021, estuvimos casi siete meses con el proyecto, ensayando, paramos cuando hubo un parate total y después volvimos a ensayar. Mi personaje es el mediador, tanto en su matrimonio con Andrea Politti, que habla hasta por los codos y crítica a los demás, como entre los amigos, ya que frena las situaciones de violencia, conflictivas, y soy el que siempre está tratando de conciliar las partes. Después, está la pareja de Eugenia Guerty y David Masajnik, un matrimonio muy especial, él es muy depresivo y ella muy peleadora, y tienen una dinámica muy efectiva a nivel humor. Y después está la pareja gay, de Diego y Gabriel. Tiene componentes y conflictos que era ideal abordar. Esta comedia llega a profundizar ciertos comportamientos, ofrece un corte transversal de lo que nos pasa", explica.
Y, sobre sus expectativas para con el teatro en el marco de pandemia, concluye: "Es incierto; la incertidumbre está dominando todos los mercados, no solo el teatral, y la gente está dudando de muchas cosas. A mí la película No mires arriba (con Leo DiCaprio, en Netflix) me gustó por eso: porque cada uno piensa distinto y puede identificarse, pero tomar conciencia de que todos vamos a morir es una locura, una demencia indigerible. Sabemos que nos vamos a morir pero saber colectivamente que está la inminencia de la muerte es una locura", asegura, haciéndonos pensar... Como sucede en el teatro, más allá de la comedia.
at Redacción Semanario
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