A una semana de haber sido madre, murió Sofía Sarkany, la hija mayor de Ricky, quien también era diseñadora. A los 31 años, falleció en una clínica de la Florida, Estados Unidos, donde la familia está instalada.
El lunes 22 había sido madre de Félix junto a su pareja, Tomás Allende, por el método de subrogación de vientre, llegando así a cumplir su último deseo: ser mamá. La joven "de sonrisa eterna", como todos destacan, había encontrado la forma de iluminar los días más tristes de sus padres, Ricky y Graciela Sarkany, de sus hermanas, Josefina, Clara y Violeta, y de su novio, Tomás, dado que ella transitaba un cáncer de útero. Y Félix fue también su manera de quedarse cerca de la forma en que más la recuerdan quienes mejor la conocieron: por su alegría.
Sofía había congelado óvulos y, junto a su pareja por más de tres años, Tomás, decidieron ser padres por subrogación de vientre cuando se enteraron de su enfermedad: buscaban preservar sus posibilidades de maternidad ante los duros tratamientos que iba a enfrentar la diseñadora.
Pero el cáncer avanzó, impiadoso, mientras Félix crecía sano en el útero de una madre sustituta. El nacimiento de Félix estaba programado para el 28, pero se adelantó y llegó al mundo seis días antes. Nació en Orlando a las 12:41 del lunes 22, pesó 3.245 kg y su mamá pudo presenciar el parto vía FaceTime. Junto a su pareja. Así, Sofi pudo conocer a su bebé, tenerlo en sus brazos, abrazarlo como había soñado.
Ricky, que ya es abuelo de Luca –hijo de Josefina y ahijado de Sofi– le dio la bienvenida con un posteo en Instagram, al igual que la más famosa de sus tías postizas, la China Suárez, íntima amiga de Sofía: “Hoy se convirtió en mamá una de mis personas favoritas en el mundo, Sofi Sarkany. Félix, no veo la hora de conocerte y apretujarte. Amiga, bienvenida a esta nueva etapa de amor y entrega. Vas a ser la mejor”, escribió la China Suárez, con quien era inseparable.
Sofía había logrado forjarse un nombre propio en el mundo de la moda, con una línea personal y distintiva dentro de la marca de su padre. Artista plástica, fotógrafa amateur y con estudios en la prestigiosa Central Saint Martins de Londres, irrumpió con fuerza en 2012 con una muestra en el Centro Cultural Recoleta en la que presentó una colección de zapatos multicolor, con plataformas altísimas y de colores, estampadas con manchas que ella misma pintaba.
“Podría decir que más o menos yo crecí con la empresa, y la realidad es que toda mi infancia la pasé en nuestro local de Crámer, que fue la primera fábrica de mi abuelo y también el primer local con venta al público”, contaba orgullosa Sofía. “A los 28 años, mi papá se casó con mi mamá. Juntos son el ejemplo de amor, respeto y compañerismo más lindo que tenemos mis hermanas y yo”.
Su pasión por el arte y el diseño surgió con la naturalidad de quien se cría entre artesanos de la moda: “Cuando era chiquita yo tenía mis cuadernos de Winnie Pooh y de Hello Kitty dibujados con conjuntos de ropa, sombreros, carteras y zapatos, en vez de casitas, árboles y soles”, recordaba..
Empezó a trabajar en la marca de su padre a los 18 años, cuando a Ricky le detectaron un tumor en el riñón. Sofía asumió el desafío y cumplió el sueño de abrir un local de indumentaria con identidad propia, donde el arte era una referencia fundamental.
El reencuentro de las hermanas Nara
Sofía intentó, hasta el final, sorprenderse, y dejó un mensaje que la trasciende. "Mi consejo es que no importa lo que hagan mientras pongan su corazón, mente y alma en eso. Creo que nuestro mayor compromiso con la vida es hacer de ella nuestra mayor obra de arte”, decía Sofi, con su inolvidable sonrisa.
at Redacción Semanario
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