Imitadores de Sandro en Argentina hay miles, pero solo uno es el mejor y se trata de Fernando Samartin de 36 años. El cantante se presentó en enero en Carlos Paz, Córdoba, y ahora llega a la calle Corrientes para dar una única función el día 8 de abril, ni más ni menos que en el mítico Teatro Gran Rex, escenario que fue la casa del ídolo.
Pero lo de imitar al Gitano surgió de casualidad, según cuenta Fernando, nacido en Zona Sur, como Roberto Sánchez. "Fue a los 14 años que llegó Sandro a mi vida, al ver un fragmento de una de sus pelis (Operación Rosa Rosa, de 1974) en donde simula un concierto. Ahí, sin dudarlo y sin saber cómo, dije: 'Quiero hacer esto'. Cantando una y otra vez sobre las canciones me di cuenta de que empataba bastante bien en los nasales", confiesa Samartin, quien dice que su especialidad es el Sandro “cantante en vivo” de mediados de los años 80 y 90, cuando comenzó a modular diferente que en los 60 y 70.
En su biografía de Twitter, el intérprete se define como "Sandro de noche y dibujante de las calesitas por la tarde". Es que, además de ser hoy el mejor imitador vivo del ídolo popular, su otra gran pasión es el dibujo, y lo hace igual de bien que cuando está arriba del escenario. "De chico era una especie de nerd, me resultaba fácil la escuela. En la secundaria, además, era bastante introvertido. Creo que el dibujo me dio un acercamiento a mis compañeros que me salvó un poco del bullying". Y agrega: "Siempre supuse que iba a desarrollarme artísticamente solo como ilustrador: dibujo desde que tengo uso de razón". Luego de terminar la secundaria comenzó a estudiar en la Nueva Escuela de Diseño y Comunicación, basada en Bellas Artes.
Créase o no, para Fernando, el dibujo y el Gitano están relacionados. El imitador explica: "Es que Sandro es un personaje muy plástico. Lleno de colores, misterios, texturas. Roberto Sánchez, quién creó a este personaje fundamental, también pintaba y dibujaba desde chico. En una libretita negra que él tenía en su adolescencia, diseñaba sus futuros vestuarios. Y durante su adultez, por ejemplo, diseñaba también la planta de luces, el escenario, hasta los programas de sus shows. Ahí encuentro un punto de unión muy fuerte. Una vez, Ariel del Mastro (lo dirigió en el musical Por amor a Sandro, de 2012), me dijo que yo también cantaba con las manos. Y eso me pareció muy interesante".
De hecho, las ilustraciones son su segundo trabajo. "Hago muchos trabajos a pedido, más que nada caricaturas. Con esto me pasa algo parecido a la imitación: no hago la típica caricatura de exagerar los rasgos".
Entre los vestuarios de Sandro, los elogios de Las Nenas y dibujos, el artista multifacético se prepara para su gran show.
at Redacción Semanario
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