Al igual que muchos otros actores y actrices, Flor Padilla formó parte del universo Cris Morena, la histórica productora de tiras infantiles y juveniles. Hoy, con 31 años, protagoniza Casa Duarte, obra que está los viernes y sábados en el Teatro Multiescena, ubicado en la calle Corrientes.
La comedia, dirigida por Salomón Ortíz y Mercedes Sánchez, narra la historia de una disparatada funeraria que hace que "su velorio sea un éxito". Sobre su personaje, explica: "Interpretar a Dora, la viuda, fue un gran desafío. Pasa por distintos estados así que para crearlo y darle vida tuve una gran búsqueda y me acerqué a gente que había vivenciado ese dolor".
Pero para que la actriz esté hoy arriba del escenario de una de las plazas teatrales más importantes del país pasó por un proceso de enseñanza y aprendizaje en el que Cris tuvo mucho que ver. "Al principio era más por un juego, pero siempre me gustó lo que tenía que ver con la actuación, el baile, el canto, desfilar, disfrazarme... Siempre fui histriónica, muy participativa en la escuela y en los actos. Por eso me mandaban a hacer distintas actividades como deporte o danza", recuerda sobre sus inicios en la actuación, momento en el que tanto ella como su familia hicieron mucho esfuerzo.
Luego de participar de grandes programas como Agrandadytos y Guinzburg & Kids, tuvo que hacer los famosos talleres de Cris Morena y después de algunos años la convocaron para Rincón de Luz (2003), la novela infantil que la catapultó a la fama. "La verdad que uno de los recuerdos que nunca se me van a borrar es haber estado con Cris. Me cumplió el sueño que todo chico tiene de trabajar en una tira diaria como lo fue Rincón de luz, agradecida porque me formaron como artista y fue una gran escuela de enseñanza en todos los sentidos, y darme la posibilidad de conocer Israel ¡y poder vivir esa experiencia de hacer comedia musical en un estadio lleno de personas no me lo borro nunca más!", cuenta sobre su vivencia trabajando con la madre de Romina Yan.
La joven, quien interpretó a Carola en la novela protagonizada por Soledad Pastorutti y Guido Kaczka, y que trabajó en Sueña conmigo y Soy Luna, habla sobre los supuestos maltratos en las tiras infantiles: "Siempre nos trataron muy bien. Aunque éramos chicos y hacíamos travesuras, nos ponían límites como en el colegio. Quiero decir que también nos incentivaban a hacer la tarea”. Al mismo tiempo, cuenta de qué se trataba el famoso "corralito" donde los niños esperaban a ser llamados para grabar: "Era un playroom, un lugar donde teníamos espacio para merendar, estudiar, descansar, repasar la letra, esperar a que nos llamen para grabar. Había una chica que nos cuidaba".
Durante la pandemia, Flor se vio obligada a reinventarse y encontró en el deporte, actividad que la apasiona, una salida comercial: se recibió de personal trainer e instructora de funcional. "Ahora doy clases personalizadas pero no descuido mi carrera. Pude volver al teatro y además vendo ropa y calzado, que lo tomo como hobby", concluye.
at Redacción Semanario
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