Luego de una larga lucha contra la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el baterista Martín Carrizo murió en la madrugada del martes 11. La noticia la dio a conocer su hermana, Cecilia "Caramelito" Carrizo a través de las redes sociales.
"Decime por favor por dónde sigo. Gracias queridos y queridas por tanto cariño, ayuda y apoyo incondicional. Le hicieron muy bien cada día. Infinitas gracias. Su amor, su sonrisa, su música quedan en nosotros para siempre", escribió la animadora y panelista de A la Tarde (América) en su cuenta de Instagram.
Martín es considerado uno de los mejores bateristas del rock nacional en los últimos 20 años. Integraba la formación de El Indio Solari y los fundamentalistas del aire acondicionado y también fue el ingeniero de grabación de varios discos del Indio como Porco Rex, El perfume de la tempestad, Pajaritos, bravos muchachitos y El ruiseñor, El amor y la muerte. Compartió escenario con Gustavo Cerati, Waltar Giardino y A.N.I.M.A.L, entre otros.
En 2015 su vida cambió por completo. "Comencé a sentir una debilidad tremenda en mis manos, al punto de no poder abrir una botella de agua mineral, no podía poner en marcha mi vehículo y ya me empezaba a caer al piso. Y, cuando me caía, me resultaba muy difícil levantarme", contó tiempo atrás.
El diagnóstico de ELA no tardó en llegar y enseguida, acompañado por amigos y familiares, el músico se sometió a distintos tratamientos para mejorar su calidad de vida. En 2019, su caso se instaló en los medios a raíz de un pedido de su hermana, quien se puso el hombro una campaña para recaudar 6 millones de pesos para que pudiera tratarse en Estados Unidos.
Figuras de la televisión y de la música se unieron y con la ayuda del público lograron su objetivo, pero luego de unos meses, el músico regresó a la Argentina.
"Pusimos mucho corazón pero no funcionó y tuve que volver a Argentina. La verdad es que mi actualidad económica es muy complicada, no tengo ningún tipo de ingresos y obviamente ningún ahorro. Mi mamá Mirta me está ayudando con todo, inclusive con mis tres hijos, que Benja vive conmigo y las dos nenas vienen todos los fines de semana" contaba entonces.
El 3 de enero celebró sus 50 años con optimismo y ganas de sanar, pero no fue posible. Hoy, su música suena en el cielo y sus manos vuelven a tocar, ya sin dolor.
at Redacción Semanario
Comentarios