Mercedes Morán de 66 años es una de las actrices argentinas más prestigiosas. Formó parte de grandes telenovelas como Gasoleros, Mujeres asesinas, Graduados, y más recientemente la pudimos ver en las series El Reino, para Netflix, y Maradona: Sueño bendito, para Amazon Prime, donde encarnó a Doña Tota. Además, tiene en su haber más de 20 películas. Por toda su trayectoria, la intérprete fue reconocida con el Premio Retrospectiva en el marco del 25.º Festival Internacional de Cine de Málaga, que se desarrolló entre el pasado viernes 18 y el domingo 27 de marzo.
"Anoche fue mágico, emocionante y feliz recibir este Premio Retrospectiva del maravilloso Festival de Málaga y el amor de tantos amigos que estuvieron a mi lado. Gracias infinitas", escribió Morán en su cuenta de Instagram haciendo referencia a esa noche de jueves 25.
Al subir al recibir el galardón, la actriz aseguró: "Actuar me hace muy feliz, me salva y me cura". Con ocasión de este reconocimiento, Mercedes hizo un recorrido por su vida y recordó cómo se casó con solo 17 años y fue madre con 19, movida fundamentalmente "por un hambre enorme de joven y enamorada, pero lo que me movió fue el hambre de hacerme cargo de mi vida, en una época en la que las mujeres, al menos en mi familia, que era muy conservadora, no podíamos ni hablar de irnos a vivir solas", señaló la madre de Mercedes Scápola, María y Manuela. Las dos primeras hijas fueron fruto de su matrimonio con su primer esposo, y la última nació después de una larga relación con el actor Oscar Martínez, de quien se divorció en el año 2000.
Al mismo tiempo, confesó que su verdadera vocación era la sociología, pero la dictadura militar de 1976 la obligó a dejar el estudio: "Había cursado dos años, se produjo el golpe de Estado y vaciaron la carrera de contenido. Ahora puedo hablar de eso, pero en su momento fue muy traumático para mí, porque el futuro que anhelaba se desintegró".
En esa línea, agregó: "Tuve que vivir mucha falta de libertad en mi primera juventud, y cuando mi país volvió a la democracia pensé que la mejor manera de conservar la libertad era practicándola. Lo hago por una necesidad personal, a veces desobedeciendo algunos consejos de la industria, que te dice que mejor que no. Es un deseo de ser yo misma. Para ser otras ya tengo los personajes, pero en mi vida personal no me divierte administrar lo que siento".
Por último, reflexionó sobre el rol actual de las mujeres en la industria de la televisión y del cine. "En los últimos años hay más directoras mujeres que cuentan sus sueños y sus necesidades", indicó, al tiempo que dijo que ahora el tipo de personajes que se ofrecen a las actrices "se mueve del prototipo", al existir además una necesidad "de historias de mujeres más reales y menos en la fantasía masculina".
at Redacción Semanario
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