Con 54 años, Nicole Kidman está más vigente que nunca y es consciente de su gran presente. La actriz australiana deslumbró en la alfombra roja del estreno de la película Being the Ricardos, filme dirigido y guionado por Aaron Sorkin, que se estrenó el martes 21 de diciembre en Amazon Prime en Estados Unidos y tuvo su premiere en el Museo de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Los Ángeles el pasado viernes.
La ganadora del Oscar a mejor actriz en 2003 interpretó a la pionera de la televisión Lucille Ball en el largometraje. La historia se desarrolla durante una semana concreta de la producción de la serie I Love Lucy cuando Lucy y su marido Desi Arnaz-interpretado por Javier Bardem de 52 años- se enfrentan a una crisis que podría terminar con sus carreras y también con su matrimonio.
"En 'Moulin Rouge' tuve un poco de comedia física y cosas así, pero pocas veces he tenido acceso a hacer estas cosas", indicó Nicole. "Fue glorioso hacerlo (...) Fue tan liberador y emocionante, y también hacer reír a la gente es como, ¿Qué? ¡Esto es divertido!", agregó.
La película se adentra en la icónica sitcom de los años 50 que tenía como protagonista a los actores, que a su vez eran pareja en la vida real. La carrera de Ball se ve amenazada por las afirmaciones de que era comunista, mientras que la vida personal de la pareja se ve agitada por los rumores de que Arnaz ha sido infiel y de que ella está recién embarazada.
La elección inicial de Kidman fue recibida con críticas en las redes sociales a principios de este año, con seguidores que se quejaban de que la estrella de Big Little Lies no se parecía a la exuberante Ball. Los comentarios sacudieron a Kidman mientras se preparaba para el rodaje de la película, pero el director y guionista Aaron Sorkin la convenció de que se desentendiera de los mensajes.
"Había dicho que sí al papel. Entonces me dije: 'Dios mío, quizá no esté bien'", sentenció Kidman. "(Sorkin) simplemente creyó en mí incluso cuando yo no creía en mí misma", agregó. Javier Bardem también recibió críticas en un principio por su interpretación, por su acento español al encarnar a Arnaz, quien era cubano.
Al ser consultado sobre si el papel debería haberlo hecho un actor latinoamericano, Javier fue claro: "Soy actor, y eso es lo que hago para ganarme la vida: intentar ser personas que no soy". Y concluyó: "¿Qué hacemos con Marlon Brando interpretando a Vito Corleone? ¿Qué hacemos con Margaret Thatcher interpretada por Meryl Streep? ¿Daniel Day-Lewis interpretando a Lincoln? ¿Por qué se da esta con versación con gente con acento? Tú tienes tu acento. Ese es tu lugar. ¿Por qué no se habla de esto con gente inglesa que hace cosas como El último duelo, donde se supone que son franceses en la Edad Media? Eso está bien. ¿Pero yo, con mi acento español, interpretar a un cubano? Lo que quiero decir es que si queremos abrir este debate, abrámoslo con todos".
Sobre su personaje, la actriz aclaró que nunca intentó hacer una imitación de Lucille Ball, primero porque el director no se lo pidió y segundo, porque según ella no puede hacerlo. "Para mí, como actriz, principalmente como actriz dramática, estaba como 'oh mi Dios, ¿cómo se hace esto?' y cuando empecé a estudiarla (a Ball) dije 'amo hacer a esta mujer' porque la comedia física y el movimiento del cuerpo es algo que nunca había hecho", cerró Kidman.
at Redacción Semanario
Galería de imágenes
Comentarios