Cambiar el estilo musical es parte de un proceso de crecimiento y cambio dentro de una banda. Silvestre y la Naranja pasó por esa transición, que hoy en día los posiciona como uno de los grupos musicales emergentes más importantes del país.
El conjunto integrado por Justo Fernández Madero(voz y guitarra), Francisco Nicholson (guitarra y coros), Lucas Grasso (bajo) y Fernando Laprida (betería) empezó en 2011 tocando música folk, inspirados por Bob Dylan, Johnny Cash, Mumford & Sons, entre otros. Hoy, con influencias del pop, R&B, soul, entre otros géneros, cerraron el año a lo grande el pasado viernes en el Centro Cultural Konex y se preparan para tocar el 12 de febrero en el Cosquín Rock y debutar por primera vez en un Lollapalooza, en esta ocasión en el que se llevará a cabo del 18 al 20 de marzo en Chile.
El sonido de la banda fue mutando de una forma muy natural y orgánica, principalmente a medida que íbamos escuchando otra música e íbamos creciendo también. Empezamos a encontrar nuestro sonido mirándonos hacia adentro. Al principio medio que nos inspirabamos más con lo de afuera y después, con los años, fuimos buscando nuestro sonido internamente con la banda", explica Nicholson.
En 2014, Silvestre y la Naranja tuvo un momento clave al tocar en el festival Wilderness de Inglaterra, al que llegaron por conocer a personas que montaban los escenarios para esos recitales. "Fue un sueño cumplido... la verdad fue increíble", relata Francisco.
En septiembre dieron un recital en el Hipódromo de Palermo, que fue la presentación oficial en vivo de sus dos últimos discos: Anim4les y Supersticiones. El primero fue lanzado en 2019, mientras que el más reciente fue compuesto musicalmente antes de la pandemia y profundizaron más en tema letras y producción durante el aislamiento. "La cuarentena nos agarró justo arrancando a grabar Supersticiones. Aprovechamos mucho el momento de parate de shows y de giras para concentrarnos al 100% en el disco. Fue todo muy pandémico, tanto las jornadas de grabación con todos los protocolos como el intercambio de ideas musicales, que fue a través de videollamada", explica el guitarrista.
En esa línea, añade: "Aprovechamos también para darle vida extra a Anim4les. Hicimos unas reversiones con temas del rock nacional que nos encantan, de artistas que admiramos". Sobre el último CD, Fernández Madero comenta: "Es un álbum muy variado. Algunas influencias directas vinieron de parte de The Eagles, Prince y Michael Jackson. The Slow Rush, último disco de Tame Impala".
El nombre de Silvestre y la Naranja surgió en un viaje a la Patagonia. "Silvestre es un adjetivo, por la vida silvestre, la naturaleza. Y lo de la naranja fue para complementarlo y quede casi como una fábula".
De cara al futuro, Nicholson cierra: "Queremos seguir tocando todo lo posible. Nos escriben de muchos lados para ir a tocar. El objetivo es seguir grabando discos, que nos encanta y es una suerte que seamos un grupo de amigos. Hay que disfrutar el camino".
at Redacción Semanario
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