Tengo muchas cositas que contarles, pero ya saben que amo mezclar temas, así que allá vamos... Tema uno, tema dos, como en el cole... Por empezar, estoy furiosa con el almanaque. No por la edad, que con eso ya estoy resignada, sino por lo mal que cayó este cierre de Semanario. No saben el odio que me dio saber que en esta edición no podría poner ni una palabra de la gran final de Masterchef Celebrity y tampoco del Cantando 2020.
Verónica Vaira
Y les explico la razón. Aunque ustedes no lo crean, en esta pandemia la revista se cierra los miércoles y su fecha de salida al kiosco es el sábado. Ergo, la que hoy tienen en sus manos se mandó a taller el 13 de enero, por lo que quien escribe, salvo algún poder adivinatorio que por ahora no manejo, no podría jamás soñar con hacer una tapa con el campeón o la campeona de cualquiera de estos programas.
Soy periodista pero no bruja (bueno, sobre eso hay opiniones divididas) y mucho menos kamikaze como para jugarme por uno u otro, que además de no tener fotos sería de una irresponsabilidad supina. Pero ¡cómo me hubiera gustado hacer tapa, nuevamente, con Masterchef Celebrity, “el” éxito de la tevé!
Antonela Fredianelli
Otro tema, como decía Biasatti... Me entretuve mucho realizando esta edición, y ¿saben por qué? Porque por empezar, tuve el placer de entrevistar a Romina Pereiro, nuestra tapa, que destila dulzura y cordialidad pero, sobre todo, porque sabe, y mucho. Y también porque ahora que la veo terminada, esta revista me paseó por todo el mundo.
A Messi le creo cada lágrima
¿No me creen? Notas desde Mar del Plata, Carlos Paz, Mendoza, postales de Buzios, de España (¡pobre Lali, que quedó varada en la nieve!), desde México por partida doble, con la nota de turismo y con la de Pampita, pobre, otra vez disfrutando un canje con un all inclusive de Riviera Maya. Y si me apuran, los llevo a Sudáfrica con solo un pasaje a la página 44, con la conmovedora historia de los rinocerontes bebés y huérfanos en la linda sección que hemos dado en llamar Animaladas.
Hoy seré tu mejor versión
No nos privamos de nada, y ahora que viajar está complicado, se agradece hacerlo al menos con fotos o con la imaginación... Ahora bien, me queda un temita y tiene que ver con la dama de verde de la izquierda: Yo estoy convencida de que Natalia Oreiro no es uruguaya ni argentina, sino ¡de otro planeta!
No necesito una flor...
Cuando lean la nota verán que así de espléndida apareció en un parador de Mardel a las ¡7:45 de la mañana! Sí, no fue un error de imprenta, eh. ¿Cómo hace? Yo a esa hora, aún despierta y levantada, no puedo ni embocar el delineador en el párpado, y si intento un maquillaje ¡termino como el Guasón! No podés ser tan perfecta Naty...
Comentarios