Desde chica, Valeria Ambrosio demostró una habilidad natural para el dibujo y, con los años, amplió su registro artístico convirtiéndose en escultora, escenógrafa, directora de arte, directora teatral, productora y autora. Todo eso y más es la multifacética Valeria Ambrosio. “Soy artista porque nací así. Nací artista y nací triste”, asegura. Esa tristeza inherente no le impidió desarrollar una interesante carrera en el teatro, la televisión, el cine y también en la función pública, siendo reconocida con varios premios.

La Hora de los Seniors
Actualmente, es directora del Palacio Libertad, Centro Cultural Domingo F. Sarmiento (Ex CCK), y dirige el exitoso musical "Mina... che cosa sei?!", protagonizado por Elena Roger, con Diego Reinhold y la dirección musical de Gaby Goldman. Esta producción de Adrián Suar y Preludio Producciones, en el teatro El Nacional, volvió en su 20 aniversario después de ser presentada por primera vez en 2003. Iban a ser pocas semanas, pero siguen firmes hasta el 9 de marzo.

El Universo Cris: Morena vuelve a brillar
Sobre cómo nació su vocación por el arte, Valeria recuerda: “Yo dibujaba muy bien, lo hacía como un juego, ni siquiera había estudiado. En segundo o tercer grado, una maestra vio uno de mis dibujos, se sorprendió y fue a mostrárselo a otros maestros. Ahí empecé a entender que eso podía ser un puente de comunicación. Alguien lo vio y le dio un valor, lo que yo hacía podía gustar a otros. Seguí dibujando y cuando terminé el secundario me anoté en Psicología. Hice un año de ciclo básico hasta que una amiga me dijo que tenía que ir a Bellas Artes. Me anoté para el examen de ingreso y apenas pisé el primer escalón de la escuela Pueyrredón supe que ese era mi mundo. Hice los cinco años y me especialicé en escultura. Después, me fui metiendo en el teatro a través de la escenografía”.
El camino siguió uniendo disciplinas, y cuando tuvo que dirigir su primer espectáculo, "Mina che cosa sei", en 2003, ya sabía de composición, color, escultura, escenografía y luces. “Tardé mucho en comprender a los actores; para mí, un actor era un pincel, una herramienta, hasta que entendí que requerían otro tipo de lenguaje y de contención. Empecé a ocuparme un poco más y fue fantástico. La humanidad me importa mucho, me gusta pensar que a la gente la leo, que las personas alrededor mío son libros pesados. Con tal voy por la página 20, con tal me terminé cuatro tomos, con el otro estoy empezando. Me gusta escuchar”, comparte Valeria.

Divas y Divos que nunca pasan de moda
Tristeza que Inspira
Sobre por qué dice que nació triste, Valeria aclara: “Hace dos años entendí por qué nací triste. Me hice una carta natal y me dijeron que tenía Quirón en Casa XII. Quirón es el planeta del dolor de la humanidad y en Casa XII te hacés cargo. Yo siempre fui muy empática. Pero me encanta, no soy depresiva. La tristeza me inspira por momentos; me parece que es un lugar lindo, fértil, concebida de esa manera. Me lleva a lugares luminosos. Me gusta compartir mi vida con la tristeza. Es densa, pero la densidad tampoco me da miedo. No me gusta surfear las cosas, no me gusta pasarlas por encima. Me gusta poner el cuerpo; me tiene que pasar por el cuerpo todo, si no, no lo entiendo. Además, crecí con padres italianos que tuvieron que dejar su país y mi madre tenía cierta melancolía que yo también tengo. Me encanta la melancolía, es poética”.
La Alegría y el Placer
¿Y la alegría? “Me cuesta un huevo la alegría, pero soy alegre también, puedo divertirme. Por ahí es más difícil el contacto con el placer. El placer lo encuentro en la belleza. Los jacarandás en noviembre, una puesta de sol, la luna, las estrellas me siguen asombrando...”, concluye Valeria.
at Redacción Semanario
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