Semanario: el regreso de una publicación tradicional

Semanario regresó y qué lindo volver a decirlo!. Mientras cerraba la publicación leía una nota que comienza diciendo algo así como que si alguien, un año atrás, nos hubiera dicho que hoy íbamos a estar eligiendo barbijos o tapabocas que combinen con el vestido (o el traje) que nos vamos a poner mañana, hubiéramos pensado en ciencia ficción. Y aquí viene el paralelismo: si alguien me hubiera dicho, no sé, diez meses atrás, que hoy Semanario iba a estar saliendo de su letargo, de su pausa, de sus puntos suspensivos para volver a los kioscos, al menos una sonrisa de descreimiento yo hubiera esbozado. Y sí, no lo voy a negar...

Es así, la vida, caprichosa, retorcida e inimputable, te sorprende constantemente. Y muchas veces lo hace para bien. Hoy, cuando el mundo vive como puede bajo una pandemia inusitada y en la Argentina lo hacemos, además, con una cuarentena ya con tintes de infinita, tuve que volver a ponerme en “modo papel”. Y qué lindo se siente... Y volver a pensar en la tapa, esa señora tan malcriada que a veces no quiere aparecer, se hace la rebelde, no quiere que la exponga, pero siempre termina doblegada por el equipo que ya le conoce las mañas.

Dicho esto, aquí estamos, saludándolos, queridos lectores -los de ayer, los de hoy y los nuevos que lleguen- después de un par de años sin leernos, para invitarlos a subirse con nosotros a la loca aventura de Semanario, que no lo parece porque ama los liftings y se cuida, y es coqueta, pero ya tiene 40.Y no tendrá grasa abdominal como dice Arjona pero sí mucha historia. No quieran saber los secretos y la historia del espectáculo y la farándula que esconde esta revista...

Pues bien, sepan que, como siempre, todo lo que pasa en la farándula y el espectáculo que merezca ser contado pasará por aquí, y lo que algunos no quieran contar, también. Porque está en nuestro ADN. Pero claro, todo condimentado, como lo hemos hecho siempre, con actualidad, belleza , salud y sobre todo, una manera entretenida de informar.

En este regreso debo reconocer que tuve dudas con la tapa, porque pasaron cosas, como dijo alguien por ahí. Lizy Tagliani, sin ir muy lejos, la primera famosa en contagiarse coronavirus en la televisión... Pero la realidad me abofeteó.

¿De qué habla el país? ¿Del coronavirus, la pandemia, la cuarentena, el pico, la curva, los precios? ¡No! Error! ¡De Bake Off y la maldita Samanta! Y allá fuimos... Yo, personalmente y poniéndome a tono con el programa que consumo no solo como periodista sino como fan, porque es un formato que me encanta, me la quiero comer cruda. ¿Habrase visto, mentirnos así!

Así que en la nota de tapa nos ocupamos de la dulce Samantita, que en una semana pasó de ser la chica naif que llora porque se le corta la pastelera a estar cerca de protagonizar la remake de La Gran Estafa.

Como decía antes y como digo ahora, en esta vuelta a mi casa, Semanario, que disfruten el número y nos leemos la semana que viene. Insisto: ¡Qué lindo volver a decirlo. Y a escribirlo!